“Si se
tratara de ofrecer una justicia pronta y oportuna, los funcionarios y empleados
de la rama judicial, trabajaran los sábados
como en tiempos pasados”
Para nadie es un secreto, que unos de los
factores que inciden en la mora judicial, es el volumen de procesos que se
tramitan en los diferentes despachos judiciales del País, en donde, pocos
funcionarios (de 4 a 6 por juzgado), cargan en sus hombros con la
responsabilidad de evacuar entre 1.500 a 2.000 expedientes.
Para el público en general, la mora judicial es
entendida como el retardo, que en algunos casos, incurre un despacho para
iniciar, surtir o finiquitar una etapa procesal o actuación judicial,
sometiendo a los ciudadanos a dilaciones injustificadas para la resolución de
sus pretensiones.
De acuerdo a los datos suministrados por el
Consejo Superior de la Judicatura, en
Colombia existen 2,6 millones de procesos pendientes de trámites en las
diferentes jurisdicciones, ocupando el
lugar 177 entre 183 en el Sub-indicador de celeridad[1], lo que sitúa a la justicia colombiana como la séptima más lenta del mundo y la tercera más lenta en América Latina y el Caribe[2].
Ante la problemática anterior,
cabe preguntarse ¿Qué está haciendo el Gobierno Nacional y el Consejo Superior
de la Judicatura para solucionarlo?, y frente a los funcionarios y empleados
de la rama judicial ¿Cuál es el aporte que estos hacen para mitigar dicha
mora?. Los primeros, presentan proyectos de reforma al sistema judicial. Que estos
sirvan o no, es otro debate que debe suscitarse en su oportunidad.
En cuanto a los segundos, sí,
me refiero a los funcionarios y empleados de la rama judicial. Dolorosamente debemos
llamar las cosas por su nombre, pero es hora que desde ya dejen el ocio a un
lado y desistan en usar la mora y a congestión judicial como una excusa para
crear despachos que sólo funcionan por tres (3) meses. Término que se ha venido
prorrogando saecula saeculorum.
Ahora, la gran mayoría de los
trabajadores del sector privado, laboran ocho (8) horas diarias, seis (6) días
a la semana, más específicamente, de lunes a sábado hasta las 6:00 PM, teniendo
como único día de descanso, las 24 horas del Domingo.
Si lo pretendido es ofrecer una justicia celera
y oportuna, los funcionarios judiciales y empleados de la rama judicial,
deberían laborar incluso hasta el día sábado, tal y como lo hacían antiguamente.
Cierto es que ello, no elimina la mora y la congestión de un todo, pero es un
aporte digno a la sociedad colombiana que en estos tiempos necesita.
Cierto es, que el
nombramiento de un profesional como Juez o Magistrado, además del deseo de
servir a la comunidad y garantizar la vigencia de un orden justo, lleva consigo
el deseo personal de lograr una estabilidad económica; pero como estoy seguro
que es ese deseo de servicio lo que invade a dicho funcionario, es hora de
dejar a un lado tanto paro y aportar a la sociedad colombiana el día sábado, que
pocos “ungidos” en este país pueden disfrutar.
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